Bucear después de la enfermedad de Covid-19
De Dr. Frank Hartig
Dr. Frank Hartig es el jefe del departamento de emergencias en Innsbruck (Tirol, Austria), donde trabajan en un punto caliente de la pandemia de Corona. Su equipo se encuentra frente a muchos rompecabezas, especialmente en lo que respecta a los cambios masivos en los pulmones. Los primeros seis buzos ‚curados’ han recibido malas noticias cuando querían hacer su certificado medico para poder volver a bucear.
Para mantenernos al día, el periódico aleman de buceo avanzado y técnico „WETNOTES“ ha publicado el articulo online como descarga gratuita. (Por si alguien le interesa aquí el articulo aleman: Tauchen nach Covid-19 Erkrankung_WETNOTES-36)
Aquí una traducción hecho con la ayuda de Pilar Carballo González y Rivemar:
Queridos lectores de WETNOTES,
Mientras vemos como la pandemia de Corona se ha convertido en parte de nuestra vida diaria, los esfuerzos para volver a una normalidad lo mas rápidamente posible se están haciendo con impaciencia.
Para nosotros, los buceadores, me gustaría compartir algunas observaciones importantes de la realidad y de la investigación.
Actualmente no trabajo como médico de buceo, pero sí como médico de cuidados intensivos y de urgencias y he estado durante muchas semanas en primera fila. No quiero subirme al carro de los llamados expertos, ya que estos“expertos“ en Corona no existen. En estos momentos tenemos algo que aprender cada día y debemos reescribir los libros.
Incluso los virólogos o epidemiólogos pueden ayudarnos muy poco, aunque sean citados diariamente en entrevistas y articulos. Por el momento, solo somos inteligentes en retrospectiva.
Los innumerables informes reflejan toda la gama de posibilidades; desde informes serios hasta teorías de conspiracion.
Hechos inquietantes
Como médico tratante de COVID-19, vuelvo a recalcar que no soy un experto; me gustaría llamar vuestra atención sobre algunos hechos interesantes, y a la vez inquietantes, que afectarán al colectivo de buceadores.
En las ultimas semanas tuvimos pacientes con COVID-19 de todas las edades, desde pacientes asintomáticos hasta pacientes en cuidados intensivos conectados a respiradores. El pulmón es uno de los órganos objetivos, y por supuesto esto nos interesa bastante como buzos.
Cabe señalar que entre estos pacientes encontré que seis de ellos eran buceadores.
Despues de esperar hasta 32 horas para los resultados de la prueba (la llamada prueba PCR), los radiólogos observaron que una radiografía de los pulmones reveló cambios típicos. De ahí que decidieran hacer un TAC de tórax ademas de la prueba PCR. Incluso en pacientes sin tos o dificultad respiratoria; con solo fiebre y contactos sospechosos de COVID, se hacia una radiografía.
En el caso de los cambios típicos, el paciente fue admitido en la sala de posibles contagios hasta que llegaba el resultado de la prueba PCR. Mientras tanto, este conocimiento ha sido publicado y por esto, el diagnostico no siempre requiere una prueba de PCR positiva, pero la típica imagen de un TAC es a menudo suficiente.
Fue y es interesante notar que hay una notable discrepancia entre los hallazgos y las características de los pacientes. Por un lado; los jóvenes en la mejor edad para practicar este deporte vienen caminando por su propio pie a la sala de emergencias, tienen parámetros vitales normales y subjetivamente no requieren oxígeno. Pero por otro lado tienen estos infiltrados bilaterales impresionantes en sus pulmones que parecen si como pusieras un paño o dos en un cubo de aceite y lo colgaras de nuevo.
Otros pacientes tienen el mismo resultado en el TAC y entran en la ambulancia con una baja saturación de oxígeno. Excepto que su frecuencia respiratoria es elevada, los pacientes casi no notan síntomas; estan bien según las circunstancias, aunque tienen los gases en sangre tan saturados que según cúalquier manual médico habría que proceder inmediatamente en una intubación.
Al suministrarles dos litros de oxígeno su saturación mejora un poco, pero unas horas mas tarde muchos de ellos están en cuidados intensivos con intubación y una insuficiencia pulmonar grave.
Muchos colegas medicos tienen la sensación de que el oxigeno desencadena una cascada de problemas, pero ninguno de nosotros sabe exactamente lo que está pasando.
Puede parecer un poco siniestro.
Por otro lado, no podemos olvidar que el 80% de los pacientes que padecen el virus lo hacen sin sentir molestias graves.
Una de las razones para la redacción de este informe provisional es el conocimiento de una teoría planteada por un renombrado médico hiperbárico, que sugiera que el Corona podría ser tratado y curado con una cámara hiperbárcia; una teoría que demuestra, como tantas otras, lo lejos que están algunos profesionales de los pacientes y de la primera línea en esta lucha; aunque entendemos, lógicamente, que su intención ses la de ayudar…
Pasamos ahora a analizar los primeros controles de estos seis buceadores que llegaron después de 5-6 semanas clínicamente sanos.
En dos de ellos vimos una significativa deficiencia de oxigeno bajo esfuerzo como un signo típico de shunt pulmonar
En dos de ellos los bronquios estaban todavía muy sensibles bajo estrés, parecido a la sintomatología de un asmático.
En cuatro de los seis buceadores los resultados del TAC mostraban que los cambios en los pulmones todavía eran impresionantes.
No está nada claro como será la evolución de estos pacientes, pero con estos resultados está claro que:
- Ninguno de los seis buceadores puede ser autorizado para bucear de momento, aun que se sientan bien.
- Las consecuencias para los buceadores jóvenes curados de COVID que quieran volver a bucear ya o hayan buceado se escapan a nuestro conocimiento.
- Es inviable el buceo para una persona con shunt pulmonar
- Hiperexcitabilidad bronquial y el asma no son buenas para el buceo.
- La hipoxemia bajo esfuerzo no es buena para el buceo.
- Una susceptibilidad aumentada a la toxicidad de oxigeno no es buena para el buceo.
- Y infiltraciones/consolidaciones (areas de los pulmones que no están ventiladas adecuadamente) está estrictamente contraindicada para el buceo de cualquier tipo.
Por supuesto los efectos se aplican tanto al buceo técnico, como recreativo y a la apnea.
¿Daños consecuentes?
No está claro hasta qué punto los efectos a largo plazo en los pulmones permanecen y actualmente sólo se puede especular. No sabemos cuantos de los cambios serán permanentes.
Muchas veces es difícil creer en una curación completa cuando se observan los hallazgos. Lo que es seguro es que estos buceadores que se sienten generalmente sanos todavía tienen graves secuelass incluso después de muchas semanas, que de ninguna manera llevan a la posibilidad de retomar el buceo.
En los próximos meses, estos exámenes también tendrán que ser objetivo de controversia entre los medicos de buceo, a saber si los buceadores deben ser examinados de manera diferente o con mas detalle después de una infección por el COVID. Por el momento todo es todavia hipotético con este pequeño numero de casos y los estudios adicionales traerán mas claridad el proximo año. Pero estamos muy alertos.
No seas imprudente
Mi opinión personal es que, especialmente el buceador activo, debería examinarse muy a fondo por un medico hiperbárico después de superar una infección de COVID. Y más aún, un buceador experimentado debe hacer todo lo posible para evitar obtener COVID-19 por descuido.
Por lo tanto, las inmersiones en grupo o los viajes de buceo, en este momento, no son de ninguna manera recomendables ni profesionales. Desafortunadamente tenemos también muchos pacientes jóvenes en nuestra unidad de cuidados intensivos aquí en Tirol (una region de Austria).
No se trata del buceo, sino principalmente de sobrevirir.
Nuestras observaciones se están incorporando actualmente en publicaciones, y sin duda aprenderemos más de otros grupos de investigadores el proximo año. El lector de WETNOTES tiene la pelota en su tejado.
Tambien puede ayudarnos la posibilidad de una prohibición de buceo total aunque la ruina financiera por estas medidas nos salven en ultima instancia de una catástrofe aun mayor.
Buena suerte dondequiera que estáis.
Frank Hartig